La comunidad universitaria, la Junta de Gobierno de la UNACH no deben ceder ante presiones externas. La Rectoría de la Universidad no debe ser
utilizada como coto de poder ni como premio para atender compromisos políticos, sostuvo Marcela Iturbe Vargas, profesora de tiempo.
En el marco del proceso para designar al próximo Rector de esta universidad, con tres décadas de participar en la vida universitaria, en una carta
Abierta señaló que la UNACH, su comunidad académica es valiosa, lo único que se necesita es hacer cumplir la ley.
Indicó que en la Junta de Gobierno debe imperar la inteligencia, el deber de mantenerse autónoma y la responsabilidad indiscutible para designar a una persona honorable e íntegra, con valores éticos del más alto nivel, que surja de la propia comunidad universitaria, pero sobre todo que conozca, desde lo
profundo, la vida académica.
El perfil que hoy requiere nuestra institución es el de un profesional en el más amplio sentido, no únicamente que cuente con estudios de licenciatura y
posgrado. Debe saber del diseño y operación de planes de estudio, de la organización académica y el trabajo docente, academias, cuerpos académicos; de cómo se vinculan materias y proyectos con los sectores productivos y cómo podemos operar teoría y práctica en clase y fuera de ella. Implica, idealmente, haber estado en el aula, interactuar con el estudiantado, ejercer la tutoría, dirigir tesis.
Debe saber de las tendencias internacionales no únicamente de las coyunturas nacionales, para tener una visión global de la educación superior que le obligan a renovarse, a reinventarse. Es entender los porqués del servicio social, la práctica profesional, la capacitación y actualización docente y de cómo y por qué la investigación es trascendente para la entidad, pero más aún, debe
conocer de los problemas a los que se enfrentan los docentes a la hora de
querer ejercer esta función: presupuesto, capacitación, recursos materiales,
tecnología.
Dirigir una institución de educación superior conlleva a tener la capacidad de ser un buen gestor, conocer de leyes, finanzas, administración y de la gestión pública; a saber articular redes de colaboración y crear proyectos
de envergadura para contribuir al desarrollo institucional sin esperar únicamente que surjan del presupuesto federal o estatal.
Pero también implica ser líder, no únicamente, ni necesariamente, en el
ámbito político. Un liderazgo fuerte, capaz de crear consensos cuando haya
disenso, pero donde priven soluciones fundamentadas en la legalidad y no
en la conveniencia o en los cotos de poder. Decisiones que siempre estén
soportadas por criterios académicos, que es la razón de ser de la institución.
Hay profesionales muy valiosos en nuestra comunidad universitaria, hay un esfuerzo enorme realizado durante mucho tiempo para avanzar por la calidad y la distinción académica. Es el camino que se debe impulsar, con perfiles adecuados, versados, sensibles, de casa, puntualizó. ASICh
