El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer.
Saber identificar signos y síntomas del Alzheimer es el primer paso para ofrecer atención multidisciplinaria al paciente y mejorar su calidad de vida.
En el marco del Día Mundial del Alzheimer, que se conmemora cada 21 de septiembre, Francisco Velázquez Robledo, médico neurocirujano del Hospital General de Zona (HGZ) No. 1 “Nueva Frontera”, en Tapachula, afirmó que los pacientes con esta enfermedad pueden presentar síntomas neuropsiquiátricos como depresión, ansiedad, alucinaciones, ideas delirantes, alteraciones de sueño, apetito y de psicomotricidad, por lo que son dependientes de un cuidador.
El Alzheimer es un padecimiento neurodegenerativo, progresivo, que causa dependencia física y mental. El paciente requiere de cuidados especiales y acompañamiento. “Cuidar a una persona con esta enfermedad es una tarea difícil, ya que se necesita mucha atención y dedicación; además, los cuidadores o familiares pueden presentar también el llamado síndrome de sobrecarga, caracterizado por depresión o ansiedad, por lo cual también requieren atención psicológica”, detalló el especialista.
Es importante acudir en etapas tempranas a las Unidades de Medicina Familiar (UMF) para su detección, además de incorporar al paciente en actividades para continuar con su rehabilitación mental y enseñarle nuevas tareas.
Velázquez Robledo recomendó evitar que los pacientes con Alzheimer tengan a la mano artículos que puedan ser peligrosos, como medicamentos, productos de limpieza o cuchillos.
Además, sugirió que estén lejos de multitudes y evitar los cambios en la rutina, lugares extraños que puedan causarles confusión o agitación.
Al respecto, el neurocirujano pidió que al acudir a la consulta con el médico, la persona encargada del paciente aclare todas las dudas posibles que se tengan, especialmente sobre la progresión de la enfermedad y las opciones de tratamiento que mejoran y alivian los síntomas; cuanta más información se conozca, mejor se podrá ayudar.
Finalmente, Velázquez Robledo sugirió planificar actividades simples y del agrado del paciente y reconocer los avances que haga en el transcurso de la actividad.
“No se debe forzarlo a hacer cosas que no le gusten y siempre se debe elogiar. Salir a pasear, hacer ejercicio, trabajar en el jardín o bailar pueden ser buenas opciones”, concluyó.
