El trastorno de déficit de atención e hiperactividad, se presenta frecuentemente durante el desarrollo del niño, de manera diferente, presentando problemas de conducta y de aprendizaje, explicó el psicólogo adscrito al Hospital General de Zona (HGZ) No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Manuel Marroquín Javalois.
Otros de los síntomas son: inquietud, impulsividad, pérdida de objetos escolares, agresividad, dispersión en la atención, por lo que el diagnóstico es exclusivamente clínico; puede deberse a factores genéticos, ambientales, perinatales, infecciones traumáticas o tóxicas.
La detección precoz de este trastorno, así como los abordajes farmacológicos y psicológicos adecuados son necesarios para obtener un buen rendimiento escolar y la adecuada adaptación social en los pacientes desde su niñez.
La sintomatología se caracteriza por atención débil o dispersa, la pulsividad e inquietud motriz, puede perder cosas o bien olvidarlo, no pone atención a los detalles, comete errores, parece no escuchar cuando se le habla, tiene dificultad para seguir instrucciones y organizar las tareas, no miden el peligro, se entrometen en conversaciones de los demás.
Evita o le disgusta las tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido, por lo mismo las suspende sin terminarlas, su prevalencia es mas frecuente en niños comparado con las niñas.
El diagnóstico es exclusivamente clínico aunque en el área psicológica se puede apoyar con pruebas psicométricas y exploraciones complementarias como la observación de conducta en el niño.
Dentro del área psicológica el propósito es apoyar al pequeño paciente a disminuir problemas de conducta como la impulsividad, aceptar las normas y reglas de la casa y escuela, así como su lado cognitivo y de aprendizaje.
Marroquín Javalois recomendó que el tratamiento para el niño con trastorno de déficit de atención sea multidisciplinario para obtener buenos resultados, con apoyo de los especialistas neuropediatra y psicólogo; así como de los padres y maestros, a fin de lograr la motivación emocional del menor con actividad física desde los ámbitos escolar y familiar.
