El sexting, práctica que se trata del envío de contenidos eróticos mediante dispositivos móviles, en las redes sociales se da tanto en jóvenes y adultos, hombres y mujeres, y se tiene registro que se origina el primer caso de sexting en 2005; los jóvenes son más sujetos a ser víctimas de este fenómeno porque son quienes más interactuán en redes sociales, señaló Luz María Velázquez Reyes, investigadora de la UNAM
Sin embargo, las mujeres por ser un sector más vulnerable con la exposición del sexting resultan siendo las víctimas, pierde más que el hombre, inclusive aunque haya fotografías o videos donde se ve a ambos en actos de amoríos, según lo tiene documentado.
Entreviatada en Tuxtla, donde participó en el Foro Estatal Sobre Violencia de Género en las Universidades, que se celebró en la UNICACH, destacó que el ejercicio del sexting no tiene mayor problema, inclusive los chicos lo hacen por tener popularidad y no se hace por presión, sino por volutad propia y con propósito determinado al destinatario que puede ser novio, pareja o ex pareja, familiares, compañeros de la escuela, amigos con derechos y personas desconocidas.
El sexting tiene que ver con la visibilidad y la fascinación con el cuerpo y la técnica, y se convierte en problema cuando el individuo envía una imagen en una relación de cortejo, de amor o sentimental y el destinatario las utiliza con el fin de humillar o difamar.
Anotó que hay casos donde la ex pareja usa las imágenes o videos para vengarse, lo cual está prohibido en las redes sociales pero sin que se aplique la ley. En tanto, los ciberg depredadores navegan las 24 horas del día y circulan buscando precisamente este tipo de imágenes.
Asimismo, expuso que hay otro fenómeno denominado grooming, donde personas adultas que se hacen pasar por jóvenes, se muestran comprensivas, atentos, halagadores para ganarse la confianza de las chicas y los chicos.
De acuerdo a un trabajo de investigación que realizó, descubrió que el 35% de los jóvenes hombres y mujeres dicen estar enamorados de alguien por internet. No obstante que los mismos jóvenes aseguran que mienten al registrase en face.
En tanto, pese a saber los jóvenes el peligro que corren al estar navegando en la red se la pasan todo el día, lo que se conoce ahora como una enfermedad llamada Ap adiction, que es la adicción a bajar aplicaciones.
También se da otra enfermedad llamadas Momofobia, que es la angustia de salir de casa sin llevar el celular, porque se le considera como un compañero. Hay jóvenes y adultos que caminan, comen y hasta se bañana con el celular cerca. Se ha sustituido a de ver a la cara a la persona por estar texteando o navegando por el celular.
La investigadora indicó que una de las cosas que tienen que aprender los jóvenes es que al darle clik de enviar a una imagen se pierde toda propiedad de la información porque ni la policía cibernética tiene mucho éxito en el resultado de su trabajo para encontrar al primero que difunde con mala intención, por lo que lo mejor es la prevención.
Hizo hincapie en que se tiene que tener mucho cuidado y prevenir en exponer imágenes comprometedoras a disposición de ser circulada en la red. Lo que tenemos que aprender es a navegar en la red con responsabilidad.
No todo lo que circula en las redes sociales es información importante, hay mucha basura, por lo que la formación sigue siendo fundamental.
Destacó que maestros y padres de familia somos migrantes digitales, porque estamos frente a una generación de nativos digitales. Hay madres y padres que son analfabetas digitales, pero a la vez también los hay adictos a las TIC, que son aquellos que padecen de Fubing, fenómeno de prestar más atención a los dispositivos móviles que a la persona que se tiene cerca.
Los dispositivos digitales crean una paradoja porque nos acercan a los que tenemos lejos y nos alejan a los que tenemos cerca, inclusive divide la vida en on line y of line. / Cosme Vázquez /ASICh
