Enjambre sísmico de Michoacán

RELACIONADAS

Actualización: 20:15 h | 15 de julio 2021

Desde el 30 de mayo, se ha registrado un enjambre sísmico en la zona de Nuevo San Juan Parangaricutiro con 1091 eventos y magnitudes desde 3.5 a 4.1. Este último sismo (4.1), ocurrido el viernes 4 de junio a las 13:45h, originalmente fue publicado con magnitud 4.2 lo cual habría igualado a los sismos de mayor magnitud registrada en la secuencia del año pasado.

Un enjambre sísmico es cuando en corto tiempo se registra una serie de sismos con epicentros cercanos y magnitudes relativamente similares. Ocurren entre los límites de placas tectónicas, fallas dentro de la corteza continental y volcanes (siendo estos los de mayor frecuencia).

El epicentro: Nuevo San Juan Parangaricutiro – Tancítaro
De enero a marzo de 2020, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) comenzó a reportar la ocurrencia de numerosos sismos con magnitudes desde 3.1 hasta 4.2 y epicentros en la zona de Nuevo San Juan Parangaricutiro – Tancítaro, Michoacán.

En total fueron reportados 3,924 sismos, alcanzando el máximo número de sismos reportados el 4 de febrero con más de 350 sismos ese día. Esta sismicidad comenzó a disminuir notablemente a finales de febrero. Desde entonces, se habían registrado sismos muy esporádicos, siendo los últimos los registrados la madrugada del 14 de octubre con magnitudes desde 4.1 y 3.5. Además se reportó percepción en varias localidades en la zona epicentral.

De acuerdo con la información publicada por el SSN, en 1997 también ocurrió un enjambre en la zona del volcán Tancítaro con al menos 230 eventos, los cuales permitieron mapear fallas existentes y que son responsables de la actividad sísmica a pesar de que la ubicación de los sismos encuentra dentro del campo volcánico Michoacán – Guanajuato, zona conocida por la recurrencia nacimiento de volcanes monogenéticos (un solo periodo eruptivo) como el Paricutín.

El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) también realizó el estudio del enjambre sísmico de 1997 y otros dos enjambres en 1999 y 2000, con 111 y 280 temblores respectivamente. El análisis concluyó que los sismos no estaban relacionados con actividad magmática descartando peligro por vulcanismo en la zona.

¿Significa el nacimiento de un volcán?
Mucho se especuló sobre el posible nacimiento de un volcán tomando en cuenta la cercanía de volcanes como el Paricutín o Tancítaro y que la región en cuestión es común que nazcan volcanes similares que tienen un solo periodo eruptivo en su “vida” (volcanes monogenéticos).

Además de la sismicidad, que es un claro precursor que indica movimiento de magma, otras señales que indicarían que se trata de actividad volcánica sería la deformación del suelo (imágenes satelitales), cambios en la composición química en los manantiales, ríos/arroyos de la zona y emanación de vapor en algún punto específico de la región, ninguna de estas señales se presentó.

Asimismo, Cenapred realizó campañas de muestreo en aguas de ríos/manantiales de la zona y no encontró ningún cambio en la composición del agua.

Investigadores del Instituto de Geofísica de la UNAM, señalaron que el enjambre estuvo relacionado con intrusión magmática, es decir, el magma se desplazaba por la corteza terrestre a más de 10 km de profundidad generando esta secuencia de sismos.

Con el transcurso de los días, la sismicidad comenzó a migrar desplazándose de forma lateral y no hacia la superficie, así lo informó el Dr. Servando de la Cruz, en una conferencia del Instituto de Geofísica de la UNAM a finales de febrero.

El desplazamiento horizontal del magma -y no vertical (hacia la superficie)- está relacionado con la formación de un proceso de intrusión de magma llamado “Sill”. En caso de haber tenido desplazamiento hacia la superficie, hoy en día estaríamos hablando del nacimiento de un nuevo volcán el cual no ocurrió en esta ocasión.

“Para que el magma ascienda hasta la superficie, el magma debe tener una densidad menor que la roca que lo rodea. Al no tener la flotabilidad necesaria para llegar a la superficie, el magma se desplaza horizontalmente”, señaló el Dr. Servando de la Cruz.

Imagen: estructuras formadas durante procesos intrusivos del magma. El enjambre de Michoacán está relacionado con la formación de un “Sill”. En febrero de 1943, el magma sí pudo llegar a la superficie formando un volcán monogenético el cual hoy conocemos como Paricutín.

De acuerdo al Servicio Sismológico Nacional, en total se contabilizaron más de 5,000 temblores, sin embargo, 3,375 sismos (del 5 de enero al 7 de mayo) pudieron ser determinados con magnitud, profundidad y ubicación al tener la calidad suficiente en los datos obtenidos.

Sin riesgo de un sismo mayor
Hay que dejar claro el hecho de que un enjambre sísmico NO es señal de que habrá un sismo de mayor magnitud. Hay enjambres sísmicos que sí detonan un evento mayor, pero en la mayoría de los casos esta sismicidad disminuye con el tiempo; caso contrario, si ocurre un sismo de mayor magnitud, todos los sismos del enjambre serían precursores y solo se podría categorizar así hasta que ocurre.

Lo más común es que grandes sismos se presentan sin “previo aviso” como el terremoto del 19 de septiembre de 2017 de magnitud 7.1 con epicentro en Chiautla de Tapia, Puebla.

SÍGUENOS EN REDES SOCIALES

- Advertisement -
Facebook
Twitter
YouTube
ANUNCIATE EN ESTE ESPACIO

SÍGUENOS EN REDES SOCIALES

21,859FansLike
3,084FollowersFollow
0SubscribersSubscribe
MÁS RECIENTES

Gracias a suma de esfuerzos, Chiapas incrementa número de empleos formales

Luego de informar que gracias a la suma de esfuerzos, se ha logrado aumentar el número de empleos formales...
ANUNCIATE EN ESTE ESPACIO

OTRAS PUBLICACIONES