IMSS ofrece tratamiento médico y psicológico a menores con déficit de atención

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El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda a los padres de familia estar pendientes del comportamiento de sus hijos para, en caso de ser necesario, consultar a especialistas que permitan hacer un diagnóstico durante los primeros años de vida de los niños.

La psiquiatra adscrita al Hospital General de Zona (HGZ) No. 1, del IMSS en Chiapas, Ana Dilma Sánchez Hernández, dijo: “el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es una enfermedad incurable que impacta durante toda la vida de quien lo padece”.

Para brindar una mejor calidad de vida a niñas y niños con TDAH, el Seguro Social otorga tratamiento médico y psicológico, con el objetivo de que tengan un adecuado rendimiento escolar y logren desarrollar una sana relación con sus padres, familiares y compañeros de escuela.

Explicó que el diagnóstico se realiza cuando el niño o adolescente presenta, en un periodo de seis meses o más, por lo menos seis síntomas de falta de atención, tales como: problemas para mantener la atención en actividades recreativas, no escucha cuando le hablan, no cumple instrucciones, no completa actividades, a menudo pierde las cosas, se levanta cuando se espera que esté sentado y no puede participar en actividades de manera tranquila.
Afirmó que este trastorno únicamente se controla con fármacos, pero el problema es que, generalmente, los padres no lo ven como enfermedad y se justifican diciendo que su hijo “es inquieto o hiperactivo”, cuando en realidad se trata de un severo trastorno del neurodesarrollo.

Los medicamentos que el IMSS proporciona no causan adicción ni somnolencia en los menores, son sustancias controladas que se indican a partir de los seis años, y actúan en el sistema neuroquímico, ayudan a la producción de dopamina y noradrenalina que favorece la maduración cerebral y un mejor control de los síntomas de falta de atención.

Sánchez Hernández destacó que la familia debe sumarse al equipo médico multidisciplinario y apoyar a los niños para lograr una mejor integración a la sociedad. “No se trata de que tengan derechos distintos a los demás, porque corremos el enorme riesgo de aislarlos o de hacer un grupo diferente. Deben ser tratados como un paciente de diabetes o migraña, como personas con una enfermedad crónica que puede y debe ser controladas para que tengan una buena calidad de vida”.