*.- Desde el 1 de julio, este negocio no ha podido abrir sus puertas.
CINTALAPA. Desde el pasado primero de Julio de este año, un grupo de tablajeros cintalapanecos colocaron una carpa sobre la 1ª norte esquina con 2ª poniente, y un lazo en la esquina de 1ª norte y 1ª poniente, evitando y afectando el libre tránsito.
Lo anterior, era para evitar a como diera lugar que carnicerías “El Jarocho” abriera sus puertas al público, calificándolo los tablajeros, como una competencia desleal, siendo que esa cadena ofrece más barato el kilo de carne roja, y si permiten que trabaje, aseguran los carniceros, que varios de ellos “bajarías sus cortinas”, porque no aguantarían tal competencia.
En ese sentido, se sabe que en una reunión celebrada en días pasados entre el empresario de la marca mencionada con la union de tablajeros, los locales le dijeron a Alfredo Dorantes Moreno que la único forma que lo dejarían trabajar, sería que el jarocho sacrificara sus reses en este valle, a lo que les contestó, “si el rastro público municipal me ofrece todo lo que a mí, salubridad me exige, con gusto acepto, pero lamentablemente ese inmueble carece de muchas cosas”, dijo el empresario.
Hay que recordar que en el pasado 4 de julio, Dorantes Moreno ofreció una entrevista para varios medios de comunicación, y dejó en claro que su empresa la podía inspeccionar cualquier dependencia, tanto municipal, estatal o federal, ya que él cumple al pie de la letra con todos los requisitos que se le exigen a este tipo de negocios, y no tiene nada que esconder.
Por otro lado y según el portal El Financiero, las cadenas carniceras como SuKarne, Maxicarne, El Jarocho Carnicerías, Carnemart, entre otras, del 2012 y hasta el año pasado, estas marcas han aumentado de 46 a 50 por ciento su participación en la preferencia de los consumidores de carne roja en el país.
Y específicamente El Jarocho, se caracteriza por las ventas al mostrador en cada una de sus sucursales, en algunos lugares son socios comerciales con diversos restaurantes por la oferta de sus productos cárnicos muy diferentes a los puestos de mercados o tianguis, y además por ofrecer una gran diversidad de cortes.
Pero hasta ayer, el problema continuaba, y se espera que el gobierno del estado voltee la mirada a este problema para dar la solución que beneficie al pueblo cintalapaneco, ya que sería su gente, la que decidirían con quien comprar y con quién no. / MARCOS RAMOS.
